Una Europa entre Benet y Larbaud.
LA
TIERRA DEL GRAJO es prueba de que es posible situar una novela de
viajes tanto en los bosques de Karelia, en los del Alto Palatinado o en
las costas croatas de principios de siglo XX como en las provincias de
la España tradicional, tan denostada por todos. Las misma irradiación
poética es posible encontrar en los ordenados jardines de un sanatorio
suizo que en las agrestes montañas del interior de Castellón o en las
llanadas semiáridas alicantinas. Así lo vieron viajeros de necesidad o
de fortuna, como Larbaud o Unamuno. ¿Qué diferencia sustancial hay, a
los ojos del viajero, entre el valle del Palamó de principios del siglo
XX (pequeña artesa aluvial del extrarradio de Alicante, hoy convertida
en tierra de rotondas y edificios de varias plantas), con sus casas de
recreo modernistas y sus jardines de cipreses y palmeras, y las
soleadas laderas de la Toscana? Quizá entre ambas no haya más que la
distancia que impone el prejuicio más arraigado en España: aquél que
afirma que la tierra de nuestro país es la esencia misma del atraso. De
ese pretendido atraso secular que ha servido como justificación para el
desmembramiento de toda una cultura rural (a la que Sánchez Dragó viera
ya herida de muerte) para promover su asimilación a las formas que
impone el mundo anglosajón. LTDG, en la tradición de Juan Benet, Valery
Larbaud y Alvaro Cunqueiro, nos ofrece alternativas a esas formas
excesivamente rígidas. Y muchos, muchísimos kilómetros por recorrer,
por medio mundo. Pero de otra manera.
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Durante el embarazo, el cuerpo experimenta cambios significativos para adaptarse al crecimiento del bebé. Uno de estos cambios es la expansión del útero. A medida que el bebé crece y el útero se expande, es posible que algunas de las posturas sexuales de las que disfrutaba anteriormente ya no le resulten cómodas.
Este cambio puede provocar dolor durante el embarazo.
A menudo, probar una postura diferente puede ayudar a aliviar estas molestias y permitir una actividad sexual más placentera.
Los cambios hormonales durante el embarazo también pueden contribuir a las relaciones sexuales dolorosas. Estos cambios naturales pueden provocar sequedad en la vagina, haciendo que las relaciones sexuales sean dolorosas e incómodas. Además, el aumento de los niveles hormonales y del flujo sanguíneo puede aumentar la sensibilidad, lo que puede provocar molestias durante las relaciones sexuales. Curiosamente, incluso las hormonas de tu pareja pueden contribuir a que las relaciones sexuales durante el embarazo sean dolorosas, debido a una hormona presente en el semen llamada prostaglandinas.
Otro motivo por el que las relaciones sexuales pueden resultar dolorosas durante el embarazo es el aumento de la presión sobre la vejiga. Durante el embarazo, la vejiga sufre una presión añadida, lo que puede provocar una sensación de necesidad de orinar más a menudo. Esta presión constante, especialmente durante las relaciones sexuales, puede provocar molestias o dolor.
El síndrome de congestión pélvica es una afección caracterizada por varices en la zona pélvica. Las mujeres embarazadas pueden experimentar dolor pélvico y vaginal que interfiere con una vida sexual satisfactoria debido a este síndrome. El dolor experimentado durante las relaciones sexuales debido a la congestión pélvica suele sentirse como un dolor profundo en el interior de la pelvis.
Durante el primer trimestre del embarazo, las mujeres pueden experimentar contracciones uterinas que provocan calambres. Esto se debe a que el útero comienza a expandirse para acomodar al bebé en crecimiento. En algunos casos, esto puede provocar un dolor leve durante las relaciones sexuales. Sin embargo, normalmente no hay de qué preocuparse y es algo habitual durante las primeras etapas del embarazo.
La ansiedad también puede ser un factor que contribuya a las relaciones sexuales dolorosas durante el embarazo. La ansiedad puede provocar tensión en los músculos pélvicos, haciendo que las relaciones sexuales resulten incómodas o incluso dolorosas. Técnicas como la respiración profunda y la meditación pueden ser beneficiosas para reducir la ansiedad y la tensión en los músculos pélvicos, lo que provoca menos molestias durante la actividad sexual.
Existen varias estrategias que pueden ayudar a aliviar las molestias de las relaciones sexuales durante el embarazo. Cambiar de postura sexual para adaptarse a los cambios corporales, tratar la sequedad vaginal con lubricantes adecuados, controlar la presión de la vejiga orinando antes de mantener relaciones sexuales, tratar afecciones como el síndrome de congestión pélvica y utilizar técnicas de relajación pueden ayudar a reducir el dolor experimentado durante las relaciones sexuales.
Si experimenta dolor en las relaciones sexuales durante el embarazo, es fundamental que hable con su médico. Puede ayudarla a determinar la causa subyacente y a desarrollar un plan de cuidados adecuado para usted. También puede tranquilizarte sobre lo que es normal y lo que no, y ayudarte a atravesar este complejo periodo.
Una vez que haya hablado con su profesional sanitario, puede empezar a desarrollar un plan de cuidados adaptado a sus necesidades. Este plan puede incluir probar distintas posturas sexuales, emplear técnicas de relajación, tratar afecciones subyacentes y gestionar los cambios físicos que conlleva el embarazo. Recuerda que lo que funciona para una mujer puede no funcionar para otra. Es importante encontrar aquello que alivie tus molestias y mejore tu experiencia sexual durante el embarazo.